3 tipos de personas: Inventores, ricos y «el resto»

Copia de forma salvaje.
Y, sobre todo, inteligente.

La vida de los inventores no me la imagino rodeado de dinero. No los imagino con coches lujosos, casas grandes y ordenadas o ellos mismos como personas ordenadas y felices.

Me los imagino más quemados que la moto de un hippie.

La vida del inventor tiene que ser caótica porque su cerebro busca cosas que no existe y las crea. Creadores, visionarios y semidioses.

Agradecido a ellos estoy.

Les doy gracias porque yo y todos nos aprovechamos de sus inventos pero… no quiero esa vida para mi.

Aspiro a ganarme la vida sin pedir limosnas. Y una forma de vivir más tranquila, feliz y humana.

La vida es mucho más sencilla que andar inventando cosas que no existen.

En cambio, los ricos son copiadores profesionales.

En realidad, todos somos copiadores. Copiamos la forma de hablar de nuestros padre, copiamos en los exámenes, en las fotos que subimos a las redes sociales,…

Joder, copiamos hasta los genes de nuestros padres.

La diferencia es que algunos hacen rentables sus copias.

Un copiador profesional encuentra algo valioso, lo copia, lo adapta y lo vende.  

El arte de conectar dos o más ideas en uno solo.

Películas + Internet + pago recurrente = Netflix

Facebook + solo imágenes = Instagram

Copiar, adaptar y vender.

Copiar.

Adaptar al público.

Vender.

Un problema que tiene la gente para este proceso: Copiar/Adaptar/Vender es qué copiar.

La mayoría de veces se copia lo que no se tiene que copiar.

Para ser tenista número 1 tienes que copiar, sí.

Copiar la forma de colocarse los calzoncillos con la mano derecha antes de sacar, no.

Copiar la dedicación, horas de entreno o capacidad mental, sí.

Si quieres conectar ideas, copiar algo que con tus fortalezas se adapte a tu público y vender mandame un mail.

Por aquí, adelante.