Ir a por unas luces y te aparece un iluminado

Ha ocurrido esta mañana.

En unas pocas semanas mi coche ha conseguido fundir 3 bombillas. Dos de freno y una del faro izquierdo.

Con la primera bombilla fundida yo, que soy bastante dejado y que no uso el coche casi nunca, dejé para otro momento el cambio de la bombilla.

Por una bombilla del freno no pasa nada.

Ya ibamos por la tercera y el resto de conductores nos advertían:

– Oye, que has frenado y de casi te como porque casi no se ven las luces de freno.

– Gracias, no lo sabía.

Miento por vergüenza. No le voy a decir que soy un dejado y tengo pensado ir otro día a por la bombilla y cambiarla.

¡Qué pereza!

¿A quién le gusta cambiar una bombilla del coche?

Bueno, hoy mi mujer que sí que usa el coche a diario para llevar a mi hijo al cole ya ha dicho que no puede más.

Me llama para decirme donde podía comprar las bombillas.

Ella es más dada a la acción y más cuando es para comprar cosas.

Así que va a la tienda mientras yo trabajo. Y me llama.

-¡He conseguido una oferta!

-¡Ahh! Qué bien.
(Yo tiendo a tacaño. Mejor el dinero en mi bolsillo que en el de los demás)

– La oferta es de 30€ y me cambian ellos todas las bombillas fundidas y un seguro antipinchazo durante un año.

– ¿Y cuanto valía cada bombilla?
(Mi vena de tacaño aparece de nuevo)

– 5 euros

– 5 por 3 son 15 euros. Has pagado el doble. Y no hemos pinchado la rueda en 10 años.

Ya… pero me da la seguridad por si acaso y me lo cambian ellos en un rato. Así no te tienes que poner a cambiarlas tú.

El iluminado le había vendido seguridad, comodidad de cambiarlas y nos cobraba el doble. Lo mejor de todo es que habíamos salido contentos.

(Yo soy tacaño pero la pereza de cambiar las bombillas lo supera)

La importancia de saber vender para no bajar el precio, sino subirlos.

A cambiar bombillas no te voy a ayudar pero si quieres vender tus servicios por internet y que tus clientes salgan contentos sí puedo.

Lo haremos así.